D.o.s meses, y casi cuatro meses tomando el metro a la misma hora de siempre .mucho de que pensar normalmente estoy sola en mis pensamientos y no le pido ayuda a nadie, solo respiro y sigo por ahí. Mirando caras de seres humanos desgarrando y repartiendo: besos, alimentos, libros, obras, música, dinero y marihuana.
Pero lo más que me llama la atención lo fome que es el metro, por que siempre veo los mismo personajes.
Los mismos personajes que crea la civilización: de terno, corbata y la maleta de misterios, la señora con la falda azúl con bolsas de súper mercado y con el maquillaje corrido bostezando a la vez. Y ahí estoy yo mirando y esperando llegar luego a casa para hacer algo diferente, y poder cambiar de ropaje, ya que el negro es como mi piel ahora. Son pocas las ocasiones que ocupo prendas de colores.
En estos tiempos de hoy.
El sistema, las cuentas y realizaciones personales se hacen con plata, y para obtener esto debemos estar todos uniformados y cumplir horas y muchas horas en algunos casos, aguantar el dolor de pies, manos y oídos. Pero dentro de todo muchos lo que anda en la línea 4 tiene a su pareja la cual se puede dar el privilegio de dormir, despetar, gritar, reir, odiar en el mismo cuadrado y hacer el amor. Lo cual yo. No lo tengo, y por esa razón no soy tan igual a toda esa multitud laboral que anda en el metro, y por eso me gusta las micros por que ahí andan los patos lo que tiene que pedir por monedas para que lo llevan a su destino y asombrar de alguna manera. Son los solterones lo que se van por monedas, pero si quieren comer algo o bailar saca toda la plata que recolectaron en el día. O también van personajes como yo. En el mismo pulso o parecido. Y puedo apreciar en la micro el señor que canta y me hace reír o mirar por la ventana y seguir pensando cosas lindas o triste. Y por escribir esto casi me paso de estación. uff menos mal que leí trinidad.
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