26 de diciembre de 2007

Mi cita.

Termino sin por que, termino sin seguir el ambiente de las rimas que escucho.
Lo de sorda lo he llevado hace dos años. Hace mucho tiempo no me tomaba unos buenos tragos, hace poco que veo que soy una ciudadana más. Hacen par de días vi mi cama junto un cuerpo pesado, hace un par de noche atrás vi el mismo capitulo, pero con mi sombra mas tranquila. Pero mi corazonada me decía el se va, el se espanta y no hay vuelta atrás. Se fue, se descargo. Se descifro. Lo escuche, me escucho.
Pasan los meses y los silencio son de colores. El mundo ciber spacio lo argumenta, las fotos virtuales con poca nostalgia de papel fotográfico directo a una cámara análoga se ha muerto. Los tabacos son más comunes que pasear por el parque forestal. Ya no paso, no por obligación, si no por naturaleza, ya no son lo mismo paso. No he paso por el puente pionono, y no he mirado el mapocho como antes, cuando sentía esas raras gaviota a la 5 am ya no he visto nada típico, sólo me veo en un tren con un viejo libro que se apodera de mi spacio viajero arrumbo a la rutina solitaria y plana. No hay cavidad para el sufrimiento, no hay amor por algún sujeto. Todo se volvió de lata, una lata que pasa a otro año, y llegara el mago con la soldadura y empezara un nuevo año. De rimas, seducción, protección, amabilidad, llamadas am y pm, y no falta decir un te quiero en un mensaje y guardado y releído mil veces con mariposas de la estación.

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