4 de diciembre de 2008

Mi remedió de no ser tú ni yo.

No soy yo, ni soy él.
No soy tú vejes. Soy un ser vivo que se mueve, que admira los atardeceres, que le canta a la luna, que sus caminos son nostálgico. A veces choca con la misma piedra, y a veces se ríe de la conversaciones ajenas.
No soy tú, ni tampoco siempre vivo de mí. A veces prefiero ser paja recién cortada, que una rosa marchitada.
No soy tú, ni tampoco una maravilla de mujer, a veces mal crío lo agotable y me acuesto con sujetos sin esfuerzo. Probablemente asusta. Pero no tengo remedio, conocido desconocido, mí alma no es una; se junta con otra, embellece la flor perdida de los sujetos, y cuando sus alma son realmente ligera como la libertad, no tiene ni fecha ni termino de vencimiento. Lo mío no se agota lo tuyo se dispersa, lo mío se queda. y abajo se ven como mis sueños se desplazan sin prisa, sin remedió y sin ordenador.
Mi remedió de no ser tú ni yo.

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