Vivo en un lugar donde puedes encontrar de todo, un lugar que no da nada. Calles anchas y llenas de luz. Calles estrechas, oscuras y malolientes por donde es fácil perderse. Paradojas constantes que nos cuentan la verdad. Y sin embargo, mi ciudad está llena de mentiras.
Todo se mezcla, todo se confunde, la gente, los edificios, los vehículos y las paredes.
Pero hay una cosa que no puedo parar de ver por todos lados. Una especie de plaga. Las letras. Letras de todas las formas y nacionalidades. Letras, letras y más letras. Con curvas sinuosas y con ángulos exagerados. Algunas nos cuentan historias, otras parece que están ahí como quién olvida un paraguas en el metro. Letras grandes, letras pequeñas. Abecedarios que se convierten en laberintos, nos inundan.
Mi ciudad está en frente de un mar de letras.
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